"Fue aquél uno de esos largos días de mar encalmados y bochornosos que navegando a vela no tienen fin. Sólo de tiempo en tiempo alguna ráfaga cálida pasaba entre las jarcias y hacía flamear el velamen. Yo andaba avizorado y errabundo , con la esperanza de que la Niña Chole se dejase ver sobre cubierta en algún momento. Vana esperanza. La Niña Chole permaneció retirada en su camarote, y acaso por esto las horas me parecieron, como nunca, llenas de tedio. Desengañado de aquella sonrisa que yo había visto y amado en otros labios, fui a sentarme en la popa".
Valle-Inclán, Sonata de Estío .
1 comentario:
¡Qué imagen tan refrescante! Saludos prevacacionales desde Loranca.
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