"Cada cual ofreció traer a quien pudiera.
Don Víctor, a quien otra pulla de Foja había picado mucho, no pudo menos de decir:
- Yo, señores...respondo de traer a mi mujer. Ésa no baila pero hace bulto.
- ¡Oh, gran adquisición!-dijo un socio-;si doña Ana viene, será un gran ejemplo, porque ella, hace tanto tiempo retirada...¡Oh!, será un gran ejemplo.
- Efectivamente. Que se corra que viene la Regenta y se llenará esto con lo mejorcito.
- Señor Quintanar -dijo el ex alcalde-, se le declara a usted benemérito del Casino..., si consigue usted traer a su señora la Regenta.
- ¡Pues sí señor que vendrá...! En mi casa, señor Foja, una ligera insinuación mía es un decreto sancionado..." (Pág. 554).
Leopoldo Alas, Clarín La Regenta, El País, Clásicos Españoles nº30, Madrid, 2005.
2 comentarios:
¡Qué novelas tan extraordinarias las del siglo XIX! ¡Qué placer releer a los clásicos! Apertas dende Loranca.
Gracias por tu comentario,Inma. Coincidimos totalmente y es que siempre aprendemos de los clásicos, estoy convencida.
Apertas dende Silleda.
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